Leire Bravo-Lamas es diplomada en Nutrición Humana y Dietética, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Máster en Calidad y Seguridad Alimentaria. Tras realizar su tesis doctoral, sendas estancias en el Reino Unido y Chile e impartir docencia universitaria, se incorpora a Leartiker como investigadora en el departamento del Centro Lácteo. Desde pequeña, le une un estrecho vínculo al sector primario, cuya realidad vivió de cerca en casa de sus abuelos, siendo testigo de “lo duro que es, a la par que necesario, y la poca valoración social que se le da”. En su tiempo libre, disfruta de la lectura, de viajar, conocer nuevas culturas, y de seguir aprendiendo sobre ciencia, además de dedicar tiempo a su familia y amistades.
¿En qué consiste tu labor de investigadora en el ámbito alimentario?
Se centra en la investigación sobre la calidad y seguridad de alimentos de origen animal. Inicialmente, en mi periodo de tesis doctoral, me especialicé en el análisis del perfil de ácidos grasos y de volátiles, en mayor medida de carne de cordero, pero también de leche y queso de oveja. También me impliqué en trabajos relacionados con estas analíticas en alimentos de otras especies o en otras matrices alimentarias y en técnicas de análisis sensorial. Actualmente, en Leartiker, estoy focalizada en investigaciones relacionadas con la calidad y seguridad de los lácteos. Si bien trabajamos en proyectos de investigación básica, en general, los proyectos provienen de las necesidades del sector lácteo-quesero del entorno. Así, desarrollamos y proponemos nuevos proyectos que nos están permitiendo conocer la materia prima en toda su complejidad físico-química y microbiológica para poder prever su comportamiento en las transformaciones lácteas y obtener productos seguros y de alta calidad nutricional y organoléptica. También estamos trabajando en consorcios que nos permiten no solo trabajar en aspectos puramente alimentarios, sino también relacionados con el concepto One Health (garantía de la salud global: medioambiental, humana y animal), la digitalización del sector, etc.
¿Cuál es la parte que más disfrutas de tu trabajo?
Sentir que lo que hacemos en el día a día responde a las necesidades de un sector primario-secundario atomizado y formado en su mayor parte por microempresas familiares que está cada vez en una situación de mayor ahogo y en riesgo de desaparición, por la escasez de relevo generacional y por una habitual mala prensa que contribuye a su baja aceptación en la sociedad. Una situación injusta cuando, en realidad, su labor, más allá de proveer de alimentos a quienes no trabajamos el campo, contribuye al equilibrio demográfico y social manteniendo vivo y limpio el entorno rural.
¿Cuáles son las mayores dificultades para la investigación?
La financiación en general, independientemente del área de investigación. Asimismo, en muchas ocasiones, las líneas de investigación que entran en las líneas estratégicas de financiación de las convocatorias parecen moverse más por determinadas modas o movimientos políticos que por requerimientos basados en evidencias científicas. Esto lleva, a su vez, a la alta competitividad que existe para la obtención de becas y proyectos de investigación, dos criterios de vital importancia para que las personas investigadoras sigan obteniendo contratos de trabajo en un mundo en el que la estabilidad laboral es dura de lograr. Por último, mencionaría el valor que se le da al número de publicaciones científicas, que también es un criterio de peso a partir del cual se valora la calidad investigadora, cuando lo realmente importante sería valorar la calidad de la publicación como tal, o incluso su posible transferencia a entornos reales.
La superación del resto de las dificultades, que son muchas, dependen más de la motivación y de la capacidad de adaptarse a las situaciones reales de los proyectos o de la carrera investigadora, pero eso, al menos, es algo con lo que de por sí se juega en el mundo de la ciencia.
¿Qué retos consideras que son los más relevantes en tu ámbito de trabajo y como mujer investigadora?
El mayor reto es poder contar con recursos económicos y humanos para poder dar solución, en nuestra medida, a los problemas del sector lácteo-quesero basándonos en proyectos de investigación multidisciplinares y de alta calidad científica. De forma paralela, otro gran reto es lograr transmitir todos estos conocimientos de forma divulgativa a la población para promover el consumo de alimentos de origen animal saludables, respetuosos con los animales y medio ambiente, que dan soporte social y estructura económica a nuestro entorno, y poder así garantizar la viabilidad de una cadena de valor agroalimentaria sostenible.
¿Por qué animarías a las niñas y mujeres del mañana a lanzarse al mundo de la investigación?
El ser humano es curioso por naturaleza. Cada una tenemos curiosidad por determinadas temáticas, pero todas, en mayor o menor medida, queremos saber por qué algo es como es, cómo se hace, o cómo se podría cambiar. Imaginaos poder dedicar vuestra vida a responder las preguntas que os hacéis sobre el lenguaje, la historia, la robótica, la biotecnología, la química… ¡lo que sea! A lo largo de nuestra vida, pasamos muchas horas en el trabajo, pero cuando crees en lo que haces y se trabaja en lo que te gusta, te enfrentas a los retos del día a día con motivación, lo que aporta una sensación gratificante difícil de explicar.